En nuestro artículo anterior comentamos respecto de aspectos a tener en cuenta para reanudar la actividad “normal”. En esta oportunidad reflexionaremos respecto de impacto sobre nuestros colaboradores y cómo enfrentarlo.

La situación que estamos viviendo contiene aspectos sobre los que no tenemos antecedentes ni referencias. Como chilenos no teníamos una experiencia directa ni vivencias que nos proporcionaran referentes, por esto hemos debido improvisar formas para enfrentar la situación.

El impacto de lo vivido, se irá evidenciando a medida que la tormenta se calme. Cuando bajan los niveles de adrenalina tomamos conciencia, evaluamos los daños, reemprendermos la marcha y aprendemos.

Nuestra natural disposición de vivir en el día a día nos impulsa a tomar acciones correctivas. Cuando el dolor es intenso y las heridas graves, generalmente no nos proyectarnos al futuro, ni evaluamos nuestros miedos. Continuamos haciendo lo mismo.

Por esto hemos considerado oportuno reflexionar sobre cómo desarrollar, junto a nuestros colaboradores, acciones para aprovechar lo aprendido y resurgir fortalecidos.

A modo de ejemplo, una reflexión de este tipo podría seguir el siguiente esquema:

En primer término, establecer los datos relevantes y concretos que caracterizan el contexto de este fenómeno tales como:

  • La magnitud y la similitud de características en distinto países
  • La parálisis de la comunidad y del sistema de control del orden público.

Hacemos lo mismo respecto del contexto particular, por ejemplo;

  • La cuarentena se levantará progresivamente, y las actividades harán lo propio.
  • Situación de desconfianza generalizada (impuestos, políticos, gobernabilidad, justicia, legislación, orden público).
  • Dificultades financieras de las empresas sobrevivientes por menor demanda y costos derivados de la crisis.
  • Alta tasa de desempleo, y bajo nivel de inversión derivado del nivel de desconfianza.
  • Se analizan las consecuencias, su impacto y probabilidad de ocurrencia para desarrollar el plan de acción correspondiente.

Replicarnos el proceso respecto de nuestros colaboradores. Teniendo presente que por su dignidad, auto respeto y aprendizaje; el proceso debe ser conjunto, centrado en acciones donde cada uno asume la responsabilidad.

Un error común en los sistemas de ayuda es configurarla como un hacerse cargo de la situación (paternalismo). La actitud correcta es colaborar. Empleadores y colaboradores acuerdan y ejecutan conjuntamente acciones de beneficio mutuo donde cada uno se hace responsable de si mismo y de la tarea comprometida.
Algunos “tips” a considerar son:

  • Diferenciar situaciones particulares de situaciones generales.
  • Considerar los efectos de una convivencia obligadamente estrecha donde, por ejemplo, los niños deberán volver a distanciarse de sus padres.
  • Considerar que los afectados deberán volver a modificar sus rutinas.
  • Aprovechar la oportunidad de mantener esquemas de trabajo que son mas productivos a distancia,
  • Analizar posibilidades de trabajo en turnos, reducir espacios y costos de oficina.
  • Aprender de los aspectos positivos de modos de trabajo que se inventaron sobre la marcha.
  • Explorar posibilidades externalización de tareas mediante de grupos de empleados que podrían constituirse en Pymes.
  • Tener cuidado de no caer en la trampa de las ayudas invalidantes.

MRHR, tiene experiencia en el desarrollo programas individuales y colectivos de autoayuda guiada y desarrollo de competencias de interacción y comunicación.