Pedir ayuda y colaborar, una herramienta para desarrollar equipo

Todos necesitamos pedir ayuda y solemos evitarlo. Desarrollar el espacio de confianza requerido para pedir y dar ayuda no invalidante es importante para la integración de un grupo de trabajo. Para lograr este efecto las solicitudes de ayuda deben ser justificadas.

En nuestra experiencia hemos observado que esto se logra mediante actitudes y conductas como las que compartimos a continuación.

  • Antes de pedir ayuda, es importante que usted tenga claro lo que se necesita y como se justifica la solicitud en función del tiempo, las competencias requeridas y la disponibilidad de referentes que sirvan de guía.
  • Si usted piensa que la tarea excede su ámbito de responsabilidad – autoridad, es necesario que lo converse con su supervisor para verificar: si su evaluación de la tarea es correcta, si tiene disposición a realizarla y si se requiere recibe ayuda para superar los obstáculos que usted ha identificado.
  • Si la ayuda que se necesita está relacionada con los plazos, analice la situación. Es importante definir si las horas de trabajo requeridas son superiores a las disponibles y si se necesitan más personas. Si el tema tiene que ver con procesos con tienen tiempos definidos, será necesario redefinir plazos. Lo importante aquí es plantear la situación tan pronto como nos demos cuenta para que sea posible hacer algo.

Por último, antes de involucrar a otras personas, es recomendable hacer reflexionar y considerar opciones como: reorganizar la tarea, eliminar procesos redundantes y otras similares

Si después de este análisis aún considera que necesita pedir ayuda, tendrá muy claro que requiere específicamente y qué justifica que sea necesario involucrar a otros. Con estos datos a la mano, usted podrá estructurar una petición clara, legítima y concreta que facilitará definir concretamente lo que se espera de la ayuda y a quien recurrir.

Generalmente es importante comenzar por los más próximos (su equipo inmediato, su red profesional, su jefatura).

Definido lo anterior, conviene elegir un medio adecuado: un correo, un llamado, o un contacto personal.

Cualquiera sea el medio elegido, articule adecuadamente su solicitud; un pedido claro y conciso que muestre que usted se ocupó de resolver el tema y decidió que era buena idea obtener ayuda, tendrá mayor probabilidad de generar una actitud de colaboración y obtener una respuesta útil.

Una solicitud que la persona perciba como legítima, hará que se sienta mejor dispuesta a colaborar y hasta halagada de compartir sus conocimientos. Pero, si considera que se está abusando de su buena voluntad, evitará involucrarse.

Una petición de ayuda honesta, legítima y bien estructurada fomentará una cultura de cooperación donde todos aprenden unos de otros y construyen juntos mejores soluciones.