En nuestro artículo sobre la economía “GIG” dejamos planteadas dos preguntas: 1) ¿Está su empresa preparada para cambiar sus paradigmas de mando y control por el de confianza mutua y colaboración?. 2) ¿Está usted preparado para insertarse en este espacio de libertad?. En este artículo profundizaremos algunos aspectos derivados de estas preguntas.

Bajo un enfoque sistémico lo primero que se debe definir es el propósito de una empresa. En una donde el propósito central es producir entregables que generen resultados acordes con su plan estratégico y expectativas mediante procesos eficaces (que hacen lo que deben hacer), efectivos (son capaces de cumplir sus entregables en tiempo y forma) y eficientes (mantienen una alta tasa de conversión de insumos en producto).

La tecnología, el equipamiento, modelamiento y sistemas de Inteligencia Artificial permiten diseñar y construir estructuras productivas con alto potencial de rendimiento. Pero, para que este se traduzca en resultados concretos, debe ser gestionado por personas que tengan las actitudes y aptitudes adecuadas.

La mejor forma de asegurar una gestión productiva, es mediante colaboradores que quieran y puedan constituir equipos de alto rendimiento lo que implica desarrollar competencias de liderazgo e interrelación personal, así como también practicas de gestión y resolución de situaciones diferentes a los esquemas tradicionales de gestión por mando y control que han quedado obsoletos.

Para hacer algo, necesitamos tener un motivo y para que ese motivo se traduzca en acción, necesitamos sentir que tenemos la capacidad de ejecutar esa acción; que esa acción tendrá un resultado que tiene sentido y “vale la pena” (costo de oportunidad). Como lo plantea Viktor Frankl [1]  “el ser humano le da sentido a su vida a través de sus acciones, por tanto, es su logro, lo que le da sentido a su quehacer”.

De aquí deriva la pertinencia de la primera de las dos preguntas con las que iniciamos esta reflexión. La productividad y el alto rendimiento se logra con equipos de colaboradores comprometidos con el resultado esperado de manera que el rol del líder es que las acciones requeridas por el proceso, tengan sentido y puedan crear un entorno que promueva la autogestión, de modo que no sea necesario controlar cumplimiento sino que gestionar el avance mediante indicadores de monitoreo para detectar y resolver, oportunamente, desviaciones no deseadas; ajustarse a emergencias o cambios de entorno, aprenda de los errores y los convierta en mejora continua.

La segunda pregunta, apunta a las competencias de conversación, interacción, liderazgo estratégico, coaching y proactividad para resolver situaciones y/o conflictos.

La disminución de la jornada laboral, y la tendencia al trabajo desde el hogar, requiere mejorar la productividad mediante el compromiso y colaboración de su equipo de trabajo y el desarrollo de competencias y estilos de gestión que estimulen la autogestión; para asegurar y mejorar los niveles de rendimiento.

Por último, es recomendable revisar que las políticas de compensación sean compatibles con los cambios de jornada y el esquema de trabajo no presencial

En MR Consulting, tenemos experiencia en resolver estos temas mediante procesos interactivos que combinan diagnóstico, asesoría, desarrollos y aplicación de soluciones. Los invitamos cordialmente a solicitar alguna de nuestras charlas gratuitas sobre temas emergentes en el área de Gestión estratégica y Gestión de capital humano.

[1] El hombre en busca de sentido, Victor Emil Frankl (1905 – 1997), psiquiatras austriaco